miércoles, 30 de noviembre de 2011

Día de descanso en México DF

Carlos Porcel (Nahuel), me tiene recogido en su regazo dándome cariño aquí, en su casa, donde comparto "acogimiento" con Jordi, un catalán residente en México con el que tengo una muy buena relación. Hoy Jordi nos ha preparado un magnífico guiso catalán, albóndigas con calamares.


Esta mañana hemos estado en un mercadillo de comida que ponen aquí enfrente a la casa de Nahuel y Carmina (su compañera, con la que hemos ido Jordi y yo a comprar). Es una maravilla poder acercarte al corazón de la ciudad y nada mejor para eso que hacer la compra donde la hacen ellos, la gente de aquí.


Mientras tanto, Nahuel ha estado trabajando en los arreglos y posterior grabación de mi canción que va a cantar conmigo en el disco, "La vida".


Mañana tendré el primer concierto. Ya os contaré.

martes, 29 de noviembre de 2011

Lunes 28, reencuentro con buenos amigos

En mi anterior viaje no pude saludar a mi buen amigo Gerardo Peña, por lo que no lo veía desde que hace unos 4 años estuvo él en Madrid. Meñe (como es conocido Gerardo por los amigos) vive en Hermosillo, en el estado de Sonora, al norte de México, por lo que las distancias son enormes. Al llegar a DF pude hablar telefónicamente con él, que se encontraba en un hotel también del DF, ya que había estado representando una obra de teatro (ahora también es autor teatral y también actor).


A la mañana siguiente partía de vuelta a primerísima hora, por lo que si lo quería ver, no me quedaba más remedio que acercarme al aeropuerto. Daba la casualidad que en el mismo vuelo partía otro gran amigo, Sergio Félix (Checho, para los amigos), por lo que la motivación era el doble. A las 3:45 de la madrugada sonó el despertador, a las 4:05 me subía al taxi y a las 4:30 me encontraba en el aeropuerto.



Espero verme de nuevo con Checho en poco tiempo, a poder ser en Querétaro, donde él vive en la actualidad.

A la llegada de vuelta al hotel, después de 30 minutos de carrera por las calles de México DF y una buena ducha, vino a buscarme al hotel Rodrigo González, periodista del IMER (Instituto Mexicano de la Radio) y buen amigo, que me llevó a la emisora a hacerme una entrevista.



Una muy grata entrevista, en la que me sentí muy cómodo gracias a Eduardo Macías, un excelente conductor, cercano y comunicativo, al que no tenía el gusto de conocer anteriormente.



Espero poder tener en breve el audio sde la entrevista, ya que además pude cantar un par de canciones en directo, además de las que pusieron grabadas.



Ya a la vuelta al hotel, recogí todas mis pertenencias y me marché con Nahuel, mi hermano argentino-mexicano que me dará hospedaje los próximos días, mientras grabamos juntos "La vida".

lunes, 28 de noviembre de 2011

Concierto en Uruapan y viaje

Durante las 6 horas de viaje hasta Uruapan pude disfrutar de una interesantísima conversación con Alejandro Santiago, excelente trovador y mejor amigo, por lo que el largo viaje se termina haciendohttp://www.blogger.com/img/blank.gif mucho menos duro. A la llegada http://www.blogger.com/img/blank.gifnos vino a recoger a la estación Edgar Arriaga, uno de los tres socios propietarios del “Ala de Colibrí”, excelente “peña” (así es como llaman aquí en México a este tipo de sitios, donde puedes ir a oír música a la vez que además de poder beber algo, puedes incluso cenar)m, recién inaugurada hace apenas mes y medio, donde hace escasos días pudieron contar con la presencia de otro amigo trovador, Edgar Oceransky. Sólo podría hablar bien de este sitio y de sus propietarios, Edgar, Makario y Ulises (con los que aparezco en la foto).


Nos encontramos una sala llena expectante e impaciente por escuchar a Alejandro,que al fin y al cabo era el protagonista del concierto, ya que yo era el “invitado sorpresa”.

Alex estuvo en su línea habitual, cercano, comunicativo, comprometido. Nos fue desgranando lo mejor de sus repertorio, desde sus míticas canciones hasta las más modernas. En el “palomazo” (así es como aquí llaman a salir invitado en el concierto de otro) que me hice canté 3 canciones, “Años y prejuicios” y dos de las últimas, “Tanto” y “Un par de minutos”. Además de mi “palomazo”, también se hizo otro Makario, que además de ser uno de los dueños del “Ala de Colibrí” es un excelente trovador, que hizo un dueto con Alejandro cantando “Por si no te vuelvo a ver”.

A la finalización pudimos compartir bastante rato de charla (o “plática”, como dicen aquí”) interesantísima con los amigos espectadores del concierto, de los que guardo un excelente recuerdo y espero volver a ver más pronto que tarde.


Después de pasar la noche en un precioso hotel que nos reservaron y disfrutar de un excelente (y calórico, como casi siempre en México) desayuno, emprendimos viaje de vuelta al DF, en uno de estos comodísimo autobuses, que espero que algún día podamos tener en España.



México DF nos recibió con muchísimo frío, lluvia y uno de los habituales atascos de tráfico. Así que después de la agotadora jornada me marché al hotel a descansar, a la espera de una ilusionante nueva jornada.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Primeras 24 horas

Pasarse 12 horas en un avión no es ningún plato de gusto, pero como os podréis imaginar no son lo mismo las 12 horas del vuelo de ida que las 12 horas del vuelo de vuelta, que además de ser en el sentido hacia oriente, mucho más agotador, al ser para regresar, es más cansado.
Llegamos a México DF con 30 minutos de adelanto sobre el horario inicial previsto (de ahí que fueran “sólo” 12 horas), después de pasar 1 larga hora haciendo la cola y los trámites en inmigración, ya que me hicieron volver a rellenar los dos documentos que exigían,
Por la noche, una vez me hube hospedado en mi hotel, el Viena, en Colonia Juárez, tuve el placer de encontrarme con el hermano Nahuel, el gran (en todos los sentidos) Nahuel, con el que me marché a cenar unos tacos y a “platicar” de nuestras cosas. A medianoche (que en mi reloj biológico eran las 7 de la madrugada hora de Madrid) me marché a dormir, pero como suele ocurrir, el jet-lag suele jugarnos malas pasadas, por lo que a las 4 de la madrugada ya estaba en pie. Después de verificar que se me había olvidado en Madrid el cargador de mi portátil, por lo que no podría ni siquiera hacer funcionar la máquina, a las 5:30 de la madrugada decidí ponerme las deportivas y el pantalón corto y salir a correr.

Fueron 50 sorprendentes minutos corriendo, ya que no pensé que aguantara tanto, debido a la contaminación de la ciudad y a la altura en la que se encuentra México DF y hace que los que venimos de fuera nos agotemos más fácilmente.
Después de recuperarme, ducharme y vestirme decidí salir a pasear por el centro histórico, por ver si pudiera encontrar dónde comprar un cargador nuevo para el portátil.
Os puedo asegurar que disfruté una barbaridad de mi solitario paseo por esta impresionante ciudad, pude fijarme con detalle de cosas que acompañado habrían pasado más inadvertidas, pude observar a la gente, descubrir cosas nuevas de esta ciudad que no recordaba. Viajé en Metro, por primera vez viaje en Metro sin un amigo local que me hiciera de guía, resultó una experiencia magnífica confundirme con la gente que puebla esta ciudad, aunque tengo la sensación, bueno, casi la seguridad de no pasar inadvertido, ya que creo que mi apariencia delata que no soy de aquí, mi estatura, el color de mi piel, mi forma de vestir, el pelo…

Esta impresionante ciudad, donde hasta las antenas de telefonía móvil son inmensas, te hace sentir diminuto, te pone en tu verdadero lugar en el universo, pero a la vez te hace sentir grande, lleno de sensaciones.

Entré por primera vez en México en un mercado popular, donde hace la compra la gente de acá. Me llamó poderosamente la atención la falta de puestos donde vendieran pescado.


También me sorprendió la gran cantidad de sitios que había para sentarte a consumir, a tomarte algo.
A la vuelta al hotel pude por fin abrazar a Alejandro Santiago, que vino a prestarme el celular que usaré estos días en México.


En nuestro encuentro Alejandro me comenta que sale de inmediato de viaje a Uruapan, en el estado de Michoacán, a tocar en una nueva sala que han abierto allá, llamado “Ala de Colibrí”, viaje al que me invita, a compartir con él algunas canciones. Ante la seductora idea, me lanzo al vacío y le digo que si, pese a que Michoacán es uno de los estados más golpeados por la guerra que se traen los narcos. Después de conseguir “a un módico precio” mi cargador de portátil en una populosa zona del DF, nos lanzamos a la estación de autobuses, donde nos embarcamos en 6 horas de viaje por carretera hasta Uruapan, donde nos espera este primer (y no programado en mi agenda) concierto de este viaje.

jueves, 24 de noviembre de 2011

De nuevo en México, el sueño vuelve a cumplirse

Este viernes 25 de Noviembre vuelvo a México, donde (en principio) haré 6 conciertos, además aprovecharé para grabar mis nuevas canciones y alguna que otra vieja con mis amigos de aquel entrañable país.
Mientras tanto llegan nuevas noticias, os dejo el cartel de la gira

El próximo post, ya será desde México. Nos vemos.