domingo, 4 de diciembre de 2011

Puebla, primer concierto fuera del DF

Todavía con el cuerpo medio revuelto por la salida de la noche anterior y por un amago de gripe que me trae por la calle de la amargura, tomo el autobús hacia Puebla, ciudad que aún no conozco. El viaje es cómodo, apenas un par de horas y con la somnolencia del estado semi-febril en que me encuentro los últimos días, seguramente por haberme expuesto al frío, el viaje se hace aún más corto. A la llegada a Puebla, me recibe en la estación Miguel, el maridon de Tere Bolaños, la propietaria del Café Galería Amparo, el lugar donde luego tocaré por la noche. Miguel es todo un caballero que me agasaja con una estupenda comida poblana en uno de los mejores restaurantes de la ciudad.

A la finalización de la comida, nos dirigimos al café, para conocerlo. Resulta ser un local muy bonito, con solera en Puebla, ya que llevan 18 años abiertos. Desde las 17:00 ya hay trovadores en el escenario, a mí me toca el turno a las 21:00, la "hora estrella", ya que soy en invitado especial, el no habitual. Después de escuchar bastante trova, Miguel me deja en el hotel, un coqueto hotel en el mismísimo centro, en un bulevar que sale del Zócalo, por cierto, preciosa plaza.

Después de prepararme las letras del concierto y el orden de las canciones, busco un ciber para imprimir unas cuántas letras, de las nuevas que aún no me sé. Pese a que me habían ofrecido mandar a una persona a buscarme, decido irme al café dando un paseo, para ir conociendo algo de la noche de Puebla.

A la llegada, me presentan a varias personas, entre ellas a Fausto Gutiérrez, un intrérprete de trova, que habitualmente suele cantar en la franja horaria en la que cantaré yo. Fausto es un tipo excepcional, que trabaja en temas sociales, alguien muy comprometido. Fausto comienza el concierto, cantando 4 canciones y entonces me cede el turno, deshaciéndose en atenciones conmigo. Fueron unos 90 minutos sobre el escenario del café Amparo, por cierto, acompañado de la magnífica guitarra de Carlos Carreira, trovador poblano al que tuve el placer de conocer recientemente en Madrid.

A la finalización de mi actuación, volvió al escenario Fausto a hacer sus versiones de lo más conocido de la trova en castellano. Como broche de oro,para finalizar, me invitó a hacer junts "Cantares", de Serrat (así, sin ensayar ni nada, ya que "ensayar es de cobardes"). Un experiencia maravillosa.

Después de pasarnos hasta las tantas de la madrugada platicando de lo divino y lo humano, el bueno de Fausto me dejó en el hotel.
Ya por la mañana, antes de volver de regreso a México DF, compartí en el Zócalo, el más bonito que he visto hasta ahora en México, un café con Carlos Carreira.

Después de dar el último paseo por la ciudad, tomé rumbo de vuelta a mi cuartel general en México DF.

Ya es mediodía del domingo y espero poder descansar a mi regreso.

1 comentario:

Rocio dijo...

Hola! Muy bueno su blog. Y esta entrada en particular me parece genial, felicitaciones. Yo pude conseguir habitación en uno hoteles en mexico df para ir a verlos, pero no fuera del df. Saludos